El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte, te equivocas dejando de arriesgarte en tu camino.
No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar; se equivoca el agua que por temor de equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna.
No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; se equivoca la que por no morir bajo tierra, renuncia a la vida.
No se equivoca el hombre que ensaya por distintos caminos para alcanzar su meta, se equivoca el que por temor de equivocarse no camina.
No se equivoca el hombre que busca la verdad y no la encuentra, se equivoca el que por temor de errar deja de buscarla.
No se equivoca el hombre que pierde su vida por jugarla en serio, se equivoca el que, por temor de perderla, la pierde en vano sin jugarse nada.
No se equivoca el pájaro que ensaya el primer vuelo y cae al suelo, se equivoca el que, por temor de caerse renuncia a volar y no abandona el nido.
Creo que al final del camino no te premiarán por lo encontrado, sino por haber buscado honestamente, y no te castigarán por lo no encontrado, sino por no haber buscado.
Madre Teresa de Calcuta