Líbrate de los pensamientos irracionales

 

1- No creas que “para ser feliz, es necesario que todo el mundo nos aprecie, nos apruebe y nos trate con simpatía”. Es imposible caer bien a todo el mundo…Intenta hacer las cosas bien y no te preocupes de si no contentas a todos.

2- Para considerarte valioso, no te sientas en la obligación de tener que demostrar que entiendes de todo y que eres competente en todo. Acepta tus limitaciones y recalca lo que sabes hacer bien.

3- Rechaza el pensamiento de que “algunas personas son malas y merecen un escarmiento” (sobre todo si te incluyes a ti mismo en esa categoría de personas). Desarrolla sin embargo, la capacidad de aceptar los propios errores y ajenos.

4- Líbrate de la opinión de que “es horrible que las cosas no salgan como a uno le gustaría”. Si no salen una vez, ya saldrán la siguiente. Lo importante es que tú mantengas la esperanza.

5- No creas que muchas desgracias se originan porque así estaba escrito. No creas tampoco que tenemos poca  capacidad para controlar los acontecimientos. Nada está escrito y podemos lograr más de lo que creemos.

6- No estés siempre preocupado y esperando lo peor  por si algo puede salir mal o resultar peligroso. No vas a arreglar nada y te empeora mucho a ti mismo.

7- No pienses que es mejor evitar las responsabilidades que enfrentarse a ellas. Al contrario cuanto antes te enfrentes a ellas, todo irá mejor.

8- No creas que necesitamos apoyarnos en alguien más fuerte en quien poder confiar. Nos apoyamos mutuamente. Tampoco pienses que los demás siempre saben más que tú. Ellos también pueden equivocarse.

9- No llegues a pensar que lo ocurrido en el pasado nos ha afectado de tal manera que no se pueda borrar, y que por eso determina nuestra conducta pasada y futura. Lo pasado, pasado está y se puede integrar.

10- No creas que existe una solución precisa y concreta para cada situación y que, si no la encuentras sobreviene la catástrofe…puede haber varias soluciones, a veces contrapuestas.
Y si no se hallan a la primera, ya saldrán a la segunda o la tercera…y serás un poco más feliz.

¡Anímate! Y…practícalo.

                                              
Agustín Palomino García de Osma.

 

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