El Amor y la Libertad

 

Generalmente el amor hace que uno se de cuenta, consciente o inconscientemente, a gusto o con algo de disgusto, que siempre hay que renunciar a muchas cosas.

No se puede tener todo.

Se tiene la libertad o se tiene el amor.

El amor es una bellísima cadena pero es un conflicto constante. Uno no se casa con la persona amada sino que hay detrás una madre, un padre, hermanos, una tía que se deprime y llora en navidad porque murió el tío hace 15 años. Uno irá de vacaciones cuando en realidad quisiera quedarse en casa para ver el Mundial de Fútbol por televisión.
Para tener una libertad absoluta es inevitable que la vivas en soledad. Además la soledad fue para mí una gran cosa porque sin ella no me hubiese conocido, es mi mejor espejo y una hembra fiel porque cada noche, haga lo que haga o vaya donde vaya, me está esperando en el cuarto del hotel.

El amor no se puede vivir en libertad, es una utopía maravillosa, como aquella que dice que la política puede cambiar una sociedad. Es mentira. Cuando estás muy excitado tiendes a creer cualquier cosa incluso que puedes seguir siendo libre.

Cuando estás excitado puedes jurar amor eterno pero después te vas arrepentir bastante. El amor es una continuidad y tampoco es una sola persona
Creo en el amor pero no creo que tenga una cara y un domicilio fijo. Me enamoré 70,000 veces, el amor cambia de cara y cambia de lugar, cambia de nombre pero sigue siendo el amor y no es una sola persona.
Pero cuando estuve con una mujer, estuve sólo con esa mujer.
Vivo solo desde los 9 años, fui analfabeto hasta los 14.
He perdido a la mujer más importante que conocí y a nuestra hija, las perdí en un vuelo entre Los Angeles y Chicago.

He criado solamente en la India 2,000 niñas con la Madre Teresa, he amado como no se puede imaginar.
En mi vida hay plenitud, libertad y felicidad y eso es todo lo contrario a eso de pensar que me hubiera quedado con esa muchacha de esa esquina de aquel pueblo porque no podría haber hecho la vida plena que hice.
La mayoría de la gente que me escucha es gente que está bastante disgustada con la vida porque se metió en un montón de cosas, en compromisos que no tiene nada que ver con el amor.

Es lo mismo que creer solamente en un profeta o en un país o pensar que soy sólo argentino o que soy sólo hombre;  somos unas criaturas maravillosas que conviven con mucha gente en el mundo, tanto en los burdeles como  en los monasterios. Mi compromiso es con la vida.
Yo no voy al escenario por un compromiso con nadie, voy por una cuestión de amor, ese es un compromiso con la vida.

 

(Extracto de una entrevista a Facundo Cabral en 2006)

 

 

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