
Francisco de Quevedo
“Apocarse es virtud, poder y humildad; dejarse apocar es vileza y delito”
“Donde hay poca justicia es un peligro tener razón”
“El amigo ha de ser como la sangre, que acude a la herida sin esperar que la llamen”
“El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos”
“Fijaos bien, la envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come”
“La mayor señal de ser bueno es ni temer ni deber, y la mayor de la maldad es ni temer ni pagar”
“La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió”
“Las mentiras del corazón comienzan desde la cara”
“Lo mucho se vuelve poco con desear otro poco más”
“Lo que en la juventud se aprende, toda la vida dura”
“Muchos son buenos, si se da crédito a los testigos; pocos si se toma declaración a sus conciencias”
“Ningún vencido tiene justicia, si lo ha de juzgar su vencedor”
“No es dichoso aquél a quien la fama no puede dar más, sino aquél a quien no puede quitar nada”
“Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho”
“Siempre se ha de conservar el temor, más jamás se debe mostrar”
“Sólo el que manda con amor es servido con fidelidad”
“Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen”
“Uno a uno, todos somos mortales; junto, somos eternos”