André Maurois
“A veces, ante la mala manera de ser de los otros, uno se siente orgulloso de ser uno mismo y no otro”
“Cuando las cosas no van bien, nada como cerrar los ojos y evocar intensamente una cosa bella”
“El amor a lo Don Juan no es más que afición a la caza”
“El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza”
“El horizonte es negro, la tempestad amenaza; trabajemos. Este es el único remedio para el mal del siglo”
“El mayor placer que la riqueza confiere consiste en poder ayudar a los demás”
“El mejor medio para salir airoso de una conversación difícil es ir a ella sin preparación alguna”
“El primer deber del hombre es desarrollar todo lo que posee, todo aquello en que él mismo pueda convertirse”
“En el fondo, la felicidad no es otra cosa que ese esfuerzo continuo por crear felicidad”
“En toda batalla, en todo asunto, existe una ocasión, a veces muy fugaz, de ser vencedor”
“En una discusión lo difícil no es defender la propia opinión sino conocerla”
“Envejecer no es más que una mala costumbre que un hombre ocupado no tiene tiempo de adquirir”
“La confidencia descubre quién era o no digno de ella”
“Las palabras acercan, los silencios destruyen”
“No basta un gran amor para retener a la persona que se ama, si al mismo tiempo no llenamos su existencia de un rico contenido, incesantemente renovado”
“No hay secretos para triunfar.Todo se reduce a la suerte de una larga paciencia”
“¿Qué hace falta para ser feliz? Un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio, la paz del espíritu”
“Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa”
“Si no quieres ser desgraciado trata a las catástrofes como a molestias, pero de ninguna manera a las molestias como a catástrofes”
“Sólo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa”
“Un matrimonio feliz es una larga conversación que parece siempre demasiado breve”