Clase magistral

 

Un profesor de ética lleva a su clase varios objetos y los coloca en su escritorio.
Cuando da comienzo a la clase toma un frasco grande y vacío de mayonesa y procede a llenarlo con unas cuantas  piedras de regular tamaño.
Entonces pregunta a sus estudiantes si el frasco  está lleno.
Todos dicen que sí.

Después el profesor coge una bolsita de municiones medianas y las vacía en el frasco y agitando poco a poco las municiones van llenando los espacios vacíos entre las piedras.

De nuevo pregunta si el frasco está lleno.
Todos respondieron, riéndose, que ahora sí.

El profesor toma ahora una bolsita de arena y la va vaciando en el frasco mientras sacude un poco. La arena termina de llenar los espacios vacíos.

Ahora bien -dice el profe-:
Quiero que reconozcan y entiendan que  esto es como sus vidas.
Las piedras grandes son las cosas importantes (sus familias, sus socios, su salud, sus hijos...), cosas que cuando todo lo demás se pierde todavía llenarán sus vidas.
Las municiones representan cosas que cuentan algo menos, como su trabajo, su casa, su automóvil.
La arena sería todo lo demás, las cosas insignificantes en sus vidas.
Si ustedes llenan el frasco primero con arena, no habrá espacio para las piedras
y las municiones. Lo mismo ocurre con vuestras vidas. Si pierden su tiempo y energía en  nimiedades, nunca quedará espacio para las cosas que realmente deben importarles.
Ocúpense primero de las piedras y  municiones, lo que más importa.
Establezcan prioridades, el resto será pura arena.

Pero entonces, un estudiante se levanta, toma el frasco que todo  el mundo, incluido el profesor, consideran totalmente lleno y procede a vaciar una lata de cerveza dentro del mismo.
Por supuesto la cerveza  rellenó los intersticios sobrantes dentro del frasco y verdaderamente dejó el frasco - ahora sí - totalmente lleno.

¿LA MORALEJA?

No importa lo ocupada esté tu vida,  siempre quedará espacio para... ¡una cervecita!

 

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