La lechuza y las palomas

 

Una lechuza se enteró de que en cierto palomar vivían muy bien alimentadas unas palomas. Se pintó de blanco para disfrazarse y se mezcló con ellas.

Las palomas no reconocieron a la intrusa, mientras estuvo sin abrir el pico; pero un día que olvidó cuál era su papel, chilló como lechuza que era y las palomas la echaron a picotazos del palomar.

Desconcertada, regresó a la torre de la iglesia donde vivía, pero sus compañeras no la conocieron por aquel plumaje extraño, y la echaron de su lado.

Así la pobre lechuza perdió hasta su propio refugio.
Quien su bien usurpa al dueño, no espere tranquilo sueño.

 

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